La diabetes es uno de los problemas de la salud pública más graves de nuestros tiempos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CCPEEU) establecen que 26.9 millones de estadounidenses han recibido un diagnóstico de diabetes, con 7.3 millones de casos adicionales sin diagnosticar. Además, se cree que 88 millones de personas viven con prediabetes, la cual, con el tiempo, puede convertirse en diabetes.
Las campañas de salud pública se han enfocado sobre todo en iniciativas de ejercicio físico y nutrición. Sin embargo, dada la relación bidireccional entre las enfermedades bucales y la diabetes, las y los dentistas también juegan un papel importante.
La diabetes y la salud bucal
Los estudios científicos han demostrado que la enfermedad periodontal y la diabetes están estrechamente relacionadas. Según una revisión sistemática con metaanálisis, la diabetes puede incrementar el riesgo de incidencia y progresión de la periodontitis en hasta un 86 %.
Una diabetes mal controlada no solo hace que suba el riesgo de padecer de periodontitis, sino que también está asociada a una mayor prevalencia de casos graves de la enfermedad periodontal. La periodontitis, en cambio, hace que sea más difícil controlar la diabetes. Según un artículo del World Workshop de 2017 publicado en la Revista de Periodontología Clínica (Journal of Clinical Periodontology), existen cada vez más pruebas de que la inflamación periodontal contribuye a la aparición y la persistencia de hiperglucemia.
El papel de las y los dentistas
La relación bidireccional entre la diabetes y la periodontitis provoca un círculo vicioso en el que ambas afecciones se empeoran entre sí. Por ello, es especialmente importante que las y los pacientes con diabetes reciban educación acerca de su salud bucal y estén al tanto de su mayor riesgo de padecer de la enfermedad periodontal, así como del impacto que tiene la diabetes en la enfermedad periodontal y viceversa.
Educación
Un gran número de pacientes desconoce la relación que existe entre su salud bucal y su salud sistémica, así como la importancia de tener buenos cuidados de salud bucal como parte del control de la diabetes. Como dentistas, estamos en el lugar indicado para educar a nuestros pacientes en riesgo acerca de esta relación.
Explique a sus pacientes que la diabetes es una enfermedad que afecta a todo el cuerpo y que, como tal, debe manejarse con un enfoque de cuerpo entero que incluya el cuidado bucal. Use un lenguaje no técnico para explicar la manera en que la diabetes afecta la boca y viceversa. También puede usar materiales de apoyo como videos, modelos e infografías para ilustrar sus argumentos. Quizá también quiera mostrarles artículos a sus pacientes las diapositivas proporcionadas por Mouth Healthy o brindarles recursos que puedan llevarse a casa, como los folletos de Diabetes and Your Oral Health (en inglés) de la Asociación Dental Americana (American Dental Association).
Orientación
Podemos brindarles educación en el consultorio a nuestros pacientes con diabetes, pero ¿qué pasa cuando llegan a casa? Una de las cosas con mayor impacto que podemos hacer es enfatizar la importancia de un buen régimen de cuidados de la salud bucal, además de darles las herramientas para que los lleven a cabo.
Pregunte a sus pacientes acerca de su rutina de cuidados bucales y los productos que usan. Ver la rutina de sus pacientes le da a usted la oportunidad de resaltar las áreas que pueden mejorar y, en caso necesario, mostrarles las técnicas apropiadas. Además, puede asegurarse de que estén usando productos antibacteriales apropiados que ayuden a reducir la placa y la gingivitis.
Al brindar educación y orientación de alta calidad en materia de salud bucal, las y los dentistas pueden ayudarles a sus pacientes con diabetes a optimizar sus rutinas de cuidados bucales en casa: una meta importante, dada la relación oral-sistémica que existe entre la diabetes y la enfermedad periodontal.